REPÚBLICA
BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO
DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD
NACIONAL EXPERIMENTAL DEL MAGISTERIO
“SAMUEL
ROBINSON”
Autora:
Yorli Scarlet González Vargas
La
escuela como referente, debe comprender la subjetividad que las niñas, los
niños y jóvenes tienen sobre el rol del conocimiento y su vida.
Nos
hemos referido que la escuela es el sitio donde una se dirige a aprender nuevos
conocimientos, practicando la interacción, la identidad y nuevos conocimientos
que adquirimos de profesionales de la educación protagonistas en los procesos
de la enseñanza que desde la intencionalidad de su organización llevan a un
feliz término el futuro profesional, pero hasta qué punto el conocimiento de
los niños, niñas y jóvenes ha avanzado con respecto a la vida actual que se
está llevando acabo.
En
el ámbito educativo la teoría y la práctica constituyen las realidades
autónomas que gestionan conocimientos de diferentes envergaduras y se
desenvuelven en su contexto encontrándose en una situación permanente de
tensión, el tema de subjetividad es imprescindible para establecer la ruta crítica
de la educabilidad como proceso social, por consiguiente y de acuerdo a las
experiencias significativas vividas en el tiempo de la pandemia el escenario de
formación y socialización cambió de espacios para la interacción, la
socialización o el intercambio de conocimiento. El ámbito educativo los
estudiantes lo han encontrado hasta en las tics, redes sociales, en sitios de
la comunidad, lugares históricos donde se ha notado que pueden aprender,
volvamos a preguntar; estos sitos o lugares de encuentro para el intercambio de
conocimientos son seguros para cada sujeto educable que busca un lugar
determinado en la sociedad actual.
Hoy
en día la población estudiantil ha adquirido conocimientos de acuerdo a la
realidad de su contexto social, aprendiendo de la práctica el conocimiento que
se necesita para entrar en la sociedad. Debemos entender que la escuela como
espacio de socialización deberá configurarse como un referente donde los
estudiantes o sujetos que asistan a ella se sientan incluidos y motivados a que
cada experiencia es única e irrepetible y que las acciones de formación o
enseñanza hacen referencia a sus aspiraciones y que además de prepararlos para
que sean parte de la sociedad los hagan ciudadanos y ciudadanas responsables
para vivir en equidad de acuerdo a esta transformación y estructuración de
nuevas prácticas educativas y culturales en cualquier circunstancias en que se
viva. Debemos fortalecer la convicción del maestro en su ética y moral
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